El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ratificó con todas las expresiones posibles la actual política monetaria del banco central, que incluye varios aumentos de tipos de interés en los próximos meses.
Powell se mostró preocupado por el actual nivel de inflación, que supera el 8% interanual, generado en buena parte por el aumento de la energía, pero también por el consumo de bienes y servicios y las dificultades de la cadena de suministros, algo esperable desde cuando la pandemia comenzó a perder fuerza. Sobre este particular había hablado más temprano el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, con un discurso dramático que mencionó hambrunas y víctimas en todo el mundo por la guerra en Ucrania. A su vez, se mostró indefenso ante el crecimiento de la inflación.
Una sensación parecida debe tener Powell. Tarde, muy tarde, el funcionario reconoció que el alza de tipos debió comenzar mucho antes, sin esperar a que la inflación se desboque como sucede ahora. A favor de Powell se puede mencionar que la guerra en Europa del Este no estaba prevista, como tampoco, en consecuencia, un alza del costo de la energía. Por caso, el petróleo superó nuevamente los 112.00 dólares en los futuros del Dow Jones, y el gas quebró la barrera de 8.00 dólares, apuntando a los máximos de mayo de 2008, a los cuales llegará superando 8.90 dólares.
Pese a todo lo expuesto, el dólar cedió posiciones al cabo de un día movido. El euro superó 1.0540, la libra se acercó a 1.2500, y probablemente sigan escalando posiciones en las próximas horas, algo que sucedió, por caso, el día que la Fed elevó la tasa de interés en abril. La bolsa de Nueva York también cerró el día con ganancias, aunque todo luce, por ahora, como un espejismo. Ningún fundamento ha cambiado, y así como Powell avisa (y no traiciona) con las alzas de tipos a razón de medio punto en cada reunión, la guerra en Ucrania se agrava (Putin dijo que se cerró cualquier negociación con Kiev), la energía sigue subiendo, y China, que en la peor época de la pandemia en el mundo no tenía casos sobre una población de 1500 millones de habitantes (entiéndase la ironía), ahora bloquea sus principales ciudades por la misma pandemia, en un país cuyo gobierno prácticamente la negó durante mucho tiempo. Qué raro, ¿no?
El oro logra escaparle a sus mínimos, pero está lejos aún de brillar como puede. No pudo con los 1825 dólares, e inicia la sesión de este miércoles en la zona de 1815.00 dólares, con una tendencia bajista renovada. No creemos, con todo, que vaya a buscar sus mínimos en la fecha. Tampoco el euro y la libra esterlina.
El yen se ve otra vez acorralado por el petróleo y el gas. Si bien no cae con la virulencia de semanas atrás, la zona de 130.00 aparece en el horizonte, aunque creemos que la moneda nipona tiene mucho para ganar en los próximos tiempos, sobre todo cuando Europa logre reemplazar claramente al gas ruso.
El calendario de noticias no tiene mucho para destacar. La inflación de Canadá confirmará que el BoC debe seguir aumentando los tipos de interés, al igual que los demás bancos centrales (salvo el BoE, que sigue mirando de costado la situación, y pidiendo permiso y perdón planifica un alza para julio). Los inicios y permisos de construcción de abril cierran la agenda.
Amigos, tengan todos una excelente jornada de operaciones, nos vemos el jueves.